No sé si voy a poder terminar este estudio hoy día, pues estoy en el sur de Tejas, en la asamblea de Mission donde a pesar de estar en los Estados Unidos, las reuniones están en español. Ayer tuvimos el privilegio de irnos a Reynosa a compartir con la pequeña asamblea allá.
Hace dos semanas notamos como el pariente más cercano era un ejemplo de la ley. La ley dijo “No puedo redimir para mí…” y así la gracia tiene que intervenir y Booz se puso para ser redentor. “Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén. Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová.” Una vez Raquel lloraba por sus hijos; “Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.” Mateo 2:17-18 Toda bajo la ley llega a ser una decepción, una tristeza. Acá en Rut, veremos no las lágrimas de Raquel sino el gozo de Noemí, la que antes decía “llámame Mara.”
Es notario aquí también el nombre de Tamar, una mujer conectada con vergüenza pero en la línea de la misma tribu de Judá de la cual era Booz descendiente. Así en el libro de Mateo, en la genealogía del Señor Jesús, vemos cuatro mujeres mencionados, todos conectados con algo de desgracia; Rahab, Tamar, Rut, y ella “que era la mujer de Urías.” La gracia soberana es tanto mejor que la ley, que nunca hubiera podido sobrepasar estas desgracias para poner tales mujeres en la línea de nuestro Señor Jesucristo.
Booz tomó a Rut como su esposa y vemos en prototipo y figura el cumplimiento de la profecía de Isaías; “Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.” Isaías 62:4-5 Rut dio a luz un hijo, y es hermoso ver como este niño llega siendo el gozo de Noemí. “Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su aya.”
“Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel; el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.” La mujer desconsolada termina en adoración “load a Jehová” y así la nación de Israel terminará su carrera glorificando a Dios. Su nuera de Noemí, la mujer moabita sin derechos cualquieras en la nación llega siendo, en el sentido de la gracia, mejor que todo lo que la ley podía prometer o producir. “Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne.” Romanos 8:3
Notamos el nombre del niño, Obed, quiere decir “siervo.” Israel, en su orgullo había dicho al oír que Dios tenía una ley por ellos, declararon “Todo lo que Jehová ha dicho, haremos.” Éxodo 19:8 Un poco más tarde, volvieron a declarar con palabras aún más fuertes “Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos.” Éxodo 24:7 ¡Palabras vanas! Como siervo la nación había fracasado en todo pero Dios en su gracia envió su Hijo, el siervo fiel y perfecto, el cumplimiento del prototipo en Éxodo 21 “Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre.” Vemos “para siempre” otra vez en el evangelio de Lucas 12:37 “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.” ¡Bendito Señor Jesús! ¡Gloria sea a tu nombre!
13 enero de 2019